lunes, 20 de octubre de 2014

Almas del laberinto


En estos tiempos 
vivimos distraídos,
revolcados, sumidos...
en  plagas de infortunios,
en esperanzas fúnebres,
en amores asfixiantes,
en amargos desamores.

vivimos en una era,
la de los sueños inconclusos,
por no decir muertos,
en donde apestan muchas cosas:
apesta la guerra,
apesta el gobierno,
la burocracia,
la economía,
la música moderna
y todo lo demás.

la modernidad se esta pudriendo
y entre tanto hedor 
el perfume del amor
es un rescate,
a veces exclusivo,
a veces distante
y por lo general imposible

por tanto se busca un sustituto
algo similar
o mas barato,
como esta triste analogía
de los medicamentos,
el chiste es buscar remedios.

por tal razón,
tenemos una juventud de borrachos,
fumadores,
buscadores de amores de trasnoche,
amantes de los coches,
metiéndose placer por vía intravenosa
o inhalándola;
todo para callar un triste corazón

entre tanta modernidad 
los años nos alcanzan
nos rebasan,
sin avisar, con poca piedad
y entre la vida y la muerte
andamos vagando por cien años
un laberinto de soledad.






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