es curioso
quedar prendido
de una imagen,
de una sonrisa
o de cierto gozo;
quedar atropellado
como letras fuera del margen
noqueado en mi esquina
mientras tu ríes sin preocuparte.
es curioso
que dar prendido
de tu imagen,
mientras desfilas
por los laberintos de las calles;
y que aunque camines
y camine
la distancia no sea mas corta,
pero tal vez
no quieras que sea más corta
y por eso cierras tus ventanales
y pones mosquiteros a las puertas
para que no entren los colibríes
a tomar tus queridas flores
y así no tener que correr
a los laberintos de las calles